Donación de médula ósea, la historia de dos bolivarenses

Donación de médula ósea, la historia de dos bolivarenses

17/04/2025 - Donación de médula ósea: Anabella Zentrigen y Fabián Ollé son los dos donantes de Bolívar. Relatan su historia, la sencillez de ser donante y la importancia de salvar una vida. Durante el mes, desde el hospital se realizará una campaña de concientización.

Por Melina Gómez

En el marco de la conmemoración del Día Nacional del Donante de Médula Ósea que fue el 1 de abril, el testimonio de personas que experimentaron el proceso de donación puede hacer su aporte para aumentar el Registro Nacional. En Bolívar hay dos: Anabella Zentrigen y Fabián Ollé, quienes en un acto solidario no dudaron en poner su cuerpo. Ambos coincidieron en afirmar que la donación es sencilla y la ayuda, tan importante como salvar una vida.

La médula ósea es un tejido esponjoso ubicado en el interior de los huesos grandes del cuerpo, como el esternón, los húmeros, los fémures y los huesos de la pelvis. Su principal función es producir las células sanguíneas que son glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Estas células son fundamentales para el transporte de oxígeno, la defensa contra infecciones y la coagulación sanguínea, respectivamente. Las Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) son las células madre de la médula ósea que, al dividirse, producen todas las células sanguíneas mencionadas.

Según el Ministerio de Salud argentino, tres de cada cuatro pacientes no encuentran un donante compatible dentro de su círculo familiar y ahí radica la importancia de contar con registros nacionales e internacionales. En Argentina, para ser donante de células hay que asistir a un centro de donación de sangre habilitado como el servicio de Hemoterapia del Hospital local, e inscribirse en el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH).

Anabella Zentrigen fue la primera bolivarense donante de médula ósea, en mayo de 2017. Según contó, en principio era donante voluntaria de sangre y en una oportunidad que fue al Hospital le consultaron si quería sumarse al Registro Nacional de médula. “Me explicaron cómo eran los métodos de donación y la importancia de donar, sin dudarlo les dije que sí, me tomaron unos datos más una muestra de sangre y automáticamente ingresé al Registro de Donantes de médula ósea”, detalló.

Siete años después de ese día, Ana recibió un llamado del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) en el que le informaron que había un paciente de Argentina que necesitaba un trasplante de médula ósea y ella tenía un alto porcentaje de compatibilidad con esa persona.

“Me preguntaron si estaba dispuesta a donar médula, respondí que sí. Al día siguiente me acerqué al Hospital, las chicas de Hemoterapia me tomaron una muestra y el Incucai se encargó de hacerla llegar a Estados Unidos, que es el lugar donde hacen las pruebas de compatibilidad”, mencionó la bolivarense. Días después, le avisaron a Ana que “el resultado de compatibilidad era 5 de 5, es decir, que éramos 100% compatibles”.

Una persona que trabaja para el Incucai se contactó con Anabella para iniciar el proceso y le enviaron pasajes de ida y vuelta para ella y un acompañante para ir a Buenos Aires a realizarse estudios físicos. “Esta chica nos esperó en la terminal y nos llevó a mí y a mi pareja que fue a acompañarme al hospital. La atención fue excelente, me hicieron varios estudios para chequear que no tuviese ningún problema de salud, una doctora me explicó cómo eran los dos métodos que se utilizan para este tipo de donación, uno de ellos es una punción para extraer las células madres y, el otro método, extracción por sangre con una jeringa. Elegí este último. Los estudios salieron todos perfectos y se coordinó el día de la donación que sería cerca de un mes”.

Durante los cinco días previos a la donación, Ana debió aplicarse inyecciones para que las células madres comenzaran a circular en la sangre en mayor cantidad. Luego viajó nuevamente a Buenos Aires para concretar el proceso. “La donación llevó alrededor de tres horas. Estuve acostada en una camilla mientras por un lado con una jeringa extraían la sangre, una máquina la procesaba, se quedaba con las células madres y el resto de sangre y plaquetas volvían a mi cuerpo por otra de las jeringas que estaba colocada en mi otro brazo.

En ese momento la médica que se estaba encargando del proceso, me contó que la persona que iba a recibir la médula era una nena de siete años que vivía en Córdoba y que tenía leucemia. La donación fue un proceso sencillo, no es doloroso, para nada. La gente del Incucai y del Hospital Italiano fue muy cálida, muy atentos, estuvieron en todos los detalles de la logística y muy presentes”.

Al poco tiempo, la donante recibió otro llamado, esta vez para contarle que la niña “había recibido muy bien el trasplante y que la leucemia había desaparecido, que se encontraba en perfecto estado”. Posteriormente, le preguntaron a Ana si quería liberar sus datos para que la familia la pudiera contactar. “Les dije que sí y me llamaron para agradecerme, conocí a la nena, se llama Lara, primero por fotos y videos y luego, a los pocos meses, vinieron a Bolívar”.

En la actualidad la bolivarense continúa en contacto con Lara y su familia, “incluso hace unos días me enviaron la invitación a su cumpleaños número 15”, indicó Ana. “Fue una experiencia que jamás olvidaré, muy gratificante porque con algo tan pero tan sencillo como ser donante podés salvar una vida. Creo que todas las personas tendríamos que ser donantes voluntarios de médula ósea. Para ser donantes simplemente hay que acercarse el Hospital, a Hemoterapia, y a anotarse”, agregó.

Por su parte, Fabián Ollé es oriundo de La Plata y se radicó en Bolívar en 2017, viviendo en la ciudad, en 2023 fue convocado para ser donante de células madres.

Su experiencia se remonta a 2006, cuando decidió inscribirse como donante de médula ósea. Anteriormente asistía al Hospital de Niños cada dos meses para donar sangre y cada 15 días, a donar plaquetas. “En abril o mayo de 2023 se contactaron conmigo del Incucai porque había una posibilidad de que pueda donar células madres, yo acepté enseguida. Ese día me sacaron sangre acá, en el Hospital y los resultados dieron un 99% de compatibilidad”, afirmó el platense.

Tres meses después, Fabián viajó al Hospital Alemán de Capital Federal para hacerse estudios y donde mantuvo una reunión con personal de Hemoterapia y del piso de trasplantes. Allí, le contaron cómo sería la extracción, decidieron que fuera por aféresis y le dieron la fecha de la donación: el 9 de septiembre.

“Además, me dieron una medicación para estimular a mis huesos y que produzcan más células de lo normal. Salí de Bolívar y en Retiro me esperó una ambulancia que me llevó al Hospital, ahí me esperó un representante del Incucai y me acompañó a todos los estudios, luego me llevaron al hotel y a las 19.30 me pasó a buscar un remis que me llevó a Retiro, para volverme a Bolívar, todo pago por Incucai”, detalló.

Una enfermera se encargó de aplicarle a Fabián las inyecciones durante 6 días y al respecto, recordó que “a la segunda dosis sentía que algo pasaba, pero nunca dolor, era que estaban trabajando más de lo normal mis huesos para producir células madres”. El 8 de septiembre volvió a Capital Federal y al día siguiente fue al Hospital.

“Llegué, me registraron en Hemoterapia, me llevaron a la habitación, me dieron la última dosis y me conectaron a la máquina de aféresis en ambos brazos. Por un brazo salía mi sangre, entraba a la máquina, obtenía mis células madres y el resto volvía a mi cuerpo por el otro brazo. Habré estado conectado tres horas, porque me dijeron que había producido más de lo que ellos pensaban y que eran muy fuertes mis células madres, así que la cantidad que precisaban se completó enseguida”, relató el donante.

Fabián estuvo acompañado de sus padres ya que desde Incucai le sugirieron que no esté solo. Una vez finalizada la extracción, recibieron el almuerzo y luego le dieron el alta. “Me fui a La Plata con mis padres y a la noche viajé de nuevo a Bolívar. Ese día llevaron las células a Uruguay”, refirió.

Al tiempo, Fabián escribió una carta al receptor. “Primero la vio Incucai porque no podía darme a conocer ni revelar mis datos hasta un año después. El receptor me respondió y fue muy emotiva la carta”, dijo. “Para mí fue algo hermoso y me hizo sentir muy feliz poder ayudar a otra persona con solo donar células madres, ojalá que cada día seamos más los que estemos dispuestos a donar”, completó.

En Bolívar, desde el hospital Miguel Capredoni lanzaron una campaña desde la cual durante todo el mes se realizarán actividades de concientización y el 30 de abril en el cine Avenida se realizará una jornada de donación voluntaria de sangre en la que quienes así lo deseen se podrán inscribir en el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas.

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