El derecho a sentir: La importancia de conectar con nuestras emociones.

El derecho a sentir: La importancia de conectar con nuestras emociones.

17/06/2025 - “Conectar con nuestras emociones no nos hace débiles: nos hace humanos”.

Por Alicia Marisol Petti | Psicóloga Social

Nos encontramos inmersos en un entorno que corre a gran velocidad. Entre responsabilidades, rutinas, agendas apretadas y exigencias que parecen no dar pausa, muchas veces funcionamos en automático y sin darnos cuenta, dejamos en segundo plano algo esencial: nuestras emociones.

Desde pequeños nos marcan conductas como "no llores", "no te enojes", "seguí adelante", "ya va a pasar". Mensajes que nos enseñaron que sentir estaba mal, que mostrar emociones era equivalente a debilidad. Por eso a medida que crecimos aprendimos a callarlas, guardarlas y a no hacerles caso.

Pero las emociones no son el problema. Todo lo contrario: son parte de nuestra salud, son nuestras aliadas, ignorarlas o reprimirlas no hace que desaparezcan: simplemente las tapamos... y muchas veces el cuerpo comienza a hablar por nosotros.

Insomnio, contracturas, palpitaciones, molestias digestivas, fatiga constante, ansiedad. Son algunas de las formas en que lo no dicho se vuelve síntoma. Porque lo que no se expresa con palabras, muchas veces encuentra otros formas para emerger.

Sentir no es un obstáculo, es una función vital. El enojo nos protege, la tristeza nos ayuda a soltar, el miedo nos cuida, la alegría nos conecta. Validar nuestras emociones no significa perder el control: significa escucharnos, darnos permiso y  tiempo para hacernos cargo de lo que nos pasa.

La inteligencia emocional no tiene que ver con evitar sentir, sino con aprender a reconocer nuestras emociones, entenderlas y gestionarlas de forma saludable. Detenernos a sentir es, muchas veces, un acto de coraje ya que nos hallamos en  una sociedad que todo el tiempo nos empuja a "rendir", a "cumplir", a "no parar.

Poder poner en palabras nuestras emociones es salud, es bienestar, es humanidad.

Nadie puede sostenerse todo el tiempo ser fuerte, estar bien, o permanecer disponible para el otro, somos personas, no máquinas.

Sentir es parte de vivir. Y  permitirnos este derecho a sentir, es también darnos la oportunidad de estar mejor. Mejor con nosotros mismos, y mejor con los demás.

Ojalá podamos, de a poco, empezar a cambiar el mensaje. Decirnos más seguido: "está bien sentir", "está bien no poder con todo", "está bien pedir ayuda".

Porque conectar con nuestras emociones no nos hace débiles: nos hace humanos. Y desde ahí, también, podemos construir un mundo más empático, más amable y más saludable para todos.

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