El “Taca” te trae suerte

28/11/2022 - Uno de los personajes emblemáticos de la San Martín, José Taca Albano, dueño de una eterna sonrisa y de la agencia de juegos, sostiene que “nuestro lema es seguridad y confianza”. De vender naranjas a ser unos de los comerciantes más reconocidos del medio.
José “Taca” Albano se inició en el mundo laboral desde muy chico. Pasó por diferentes trabajos hasta que emprendió su propio negocio, con el que hoy sigue en vigencia. “A los 13 años terminé la primaria de sexto grado y ya trabajaba medio día en Calzados Tonza, que estaba en avenida San Martín 367 y donde trabajé un año. Después, estuve 14 años en Casa Galver; 17 años en Zapatería Ideal y en diciembre de 2022, voy a cumplir 42 años con la agencia de juegos. Todos los trabajos fueron en comercios, por rara coincidencia, sobre avenida San Martín y, en total, acumulo 65 años como trabajador”, fueron las palabras del “Taca” para empezar a contar su rica historia personal y laboral.
El comienzo del camino como dueño de su comercio, se dio cuando salió de Zapatería Ideal, en año 1980. Un hermano del “Taca”, trabajaba con él en Galver, y siempre le decía de poner algo por cuenta propia para independizarse porque “teníamos ganas y necesidad de trabajar, además, porque de tener la posibilidad de la clientela de todas esas casas comerciales por las que pasamos; pero nunca quiso”, recordó esa charla con su hermano. Así fue que decidió, en forma solitaria, montar un negocio de juguetes donde fue sumando juegos como Loto, Quini y todos los juegos que iba sacando Lotería. “Tuve la suerte de comprar el local donde estoy, porque la agencia empezó en el local de al lado, hasta el año 2000. Me ha ido muy bien, tengo una clientela espectacular y una familia formada con mis hijas y mis nietos, de hecho, una de ellas trabaja conmigo y me apoyan mucho”.
Con 42 años atrás del mostrador, el “Taca” considera a los clientes como amigos, en un rubro comercial “muy delicado” como lo definió. “El tema del juego es muy complejo porque hay que tener el dinero que el cliente saca para pagarle en su momento y no hacerlo esperar. En ese sentido, tengo una confianza muy grande de la gente y es ella la que va recomendando el lugar, por eso digo que tengo una clientela brillante”.

La agencia “El Taca” les ha dado suerte a muchos vecinos. El propietario recordó que, en el año 1982, “sacamos entre siete jugadores de todo el país el PRODE cuando este juego era uno de los más grandes. Yo hacía jugadas combinadas para vender y entre 20 sacamos el premio de casi 800 mil pesos, que no sé qué dineral sería en el día de hoy; pero a pesar de dividir por 20, era una plata muy buena. Al mes, vuelvo a sacar el PRODE porque hacia las jugadas combinadas que me incluía y vendía. También, entregué un 0 kilómetro con el Telekino y siempre premios grandes con la quiniela. He tenido suerte porque he dado premios muy grandes”.
La clientela se mantiene en base a la confianza, porque según consideró, “si vos queres tener una ventaja en no pagar o pagar de menos, no perdés un cliente, sino que perdés un montón. Y, además, tengo la obligación de que si alguien sacó 10, es ese dinero y no 9. La agencia tiene como prioridad que al cliente hay que atenderlo bien y pagarle lo que corresponde. Acá hay tres dueños de la plata: Lotería, yo y el cliente. Todos tenemos una parte de ganancia; pero a mí el que más me beneficia es el cliente y siempre voy a estar a su favor, hay que cuidarlo. Por eso, nuestro lema es seguridad y confianza”.
El trabajo en la agencia, como en tantos otros lugares, no es el mismo de años atrás por motivo de la modernización. Hoy, apretando el botón de una máquina, se simplificó todo. Pero, en la etapa anterior, el “Taca” contó con el apoyo de sus hijas. “Ellas siempre me ayudaron muchísimo, cuando había que marcar las jugadas a punzón y hacíamos dos mil tarjetas de Loto, dos mil de Quini y otras tantas de PRODE. Y de lunes a jueves, porque antes se cerraba ese día, ahora ya no porque es todo online. Entonces, mis hijas Débora y Gisela, me ayudaban mucho y no nos alcanzaba el tiempo. Hoy, Gisela trabaja acá conmigo; pero en su momento, ellas iban a la escuela y yo llevaba trabajo a casa para adelantar o venían a ayudarme. Ellas son dos pilares tremendos que tengo en la vida”.
Haciendo una retrospectiva, el “Taca” consideró que la decisión de independizarse laboralmente fue lo correcto, “me jubilé con 47 años de aportes y ahora lo sigo haciendo porque soy autónomo; tengo 60 años de aportes y cobro la mínima, quién mi iba a ayudar a mí sino tenía este emprendimiento. Pero tuve la suerte se tomar esa decisión y meterle muchas horas al trabajo y así fue que progresé. Hoy tengo un pasar tranquilo, no me sobre nada; pero vivo bien”.
Fuera del ámbito formal de trabajo, el “Taca”, a los diez años vendía naranjas en el estadio municipal durante los partidos de fútbol. En el barrio Obrero, donde vivía la familia Albano, salía a vender empanadas y pasteles que hacia su madre. También, llenaba tanque de agua en el barrio donde había una bomba elevadora por una gaseosa, hasta que entró medio día en la zapatería.
Contacto: San Martín 814.