La costura como catarsis, siempre al alcance de la mano

La costura como catarsis, siempre al alcance de la mano

09/08/2025 - Lorena Junquera es docente de prácticas del lenguaje. Antes fue modista, y siempre lo tuvo como hobby. Comenzó a crear buzos y maxibuzos que gustaron y se convirtieron en un emprendimiento.

Por Melina Gómez

Lorena Junquera es profesora de lengua y literatura y “sin querer”, como ella lo define, inició un emprendimiento que tiene que ver con su primera profesión: la confección de ropa.

Soy modista, hice el curso de corte y confección y varios cursos para manejar distintas máquinas, pero solo hacía ropa para mis hijos y para mí, nunca para vender”, fueron las primeras palabras de Lorena. De todos modos, si bien no los volcó en indumentaria, con sus primeros conocimientos en costura encontró una veta comercial en fabricar cortinas, almohadones y mochilas.

Al terminar los cursos y capacitaciones, Lorena usaba una máquina de coser prestada hasta que sus tíos le regalaron una a pedal que aún conserva. “Es una Singer, de fierro, que cosía desde gasa hasta chapa”, dijo a modo de broma. Con ella hizo sus primeras mochilas, carteras, bolsos y hasta un vestido color beige para ella.

Luego, comenzó a trabajar para una fábrica de camisas y se encargaba de hacer los cuellos. “Ahí me compré una máquina nueva, me pagaban 10 centavos por cuello y trataba de hacer entre 30 y 40 por día. Después llevaba las cajas a la fábrica y me traía más para hacer”, recordó Lorena.

La costura no es una actividad fija en su vida sino que por etapas vuelve a su máquina, sin embargo, cuando la necesita, siempre la tiene a mano para hacer arreglos propios y ajenos. Así fue en la época de pandemia, cuando aportó su granito de arena al confeccionar barbijos que luego fueron distribuidos en el hospital de Bolívar.

“Salvo cuando hacía cuellos que era un trabajo, siempre fue por gusto la costura”, afirmó. Por eso, al no pensarlo desde lo comercial, aún no le dio nombre a su emprendimiento.

Hace un tiempo, con la llegada del frío, Lorena necesitó comprarse un buzo y no encontró uno de su gusto. Así fue que compró telas y se los hizo ella misma. “Un día fui a la escuela y alguien me dijo ‘qué lindo buzo’, le respondí que le vendía uno y así hice el primero que después se transformó en otro y en otro, hasta que alguien me pidió un pijama”, contó.

Se compró otra máquina de coser con la que hace las terminaciones y fue incorporando modelos según los pedidos que le llegaban. Entre ellos, maxibuzos que son tamaño gigante y de tela polar soft. Luego, Jani, hija y modelo de Lore, compartió fotos de las prendas en redes sociales y la clientela se amplió por fuera del entorno de personas conocidas.

Los pedidos se reciben a través de la cuenta de Instagram @junqueralorena o del número de teléfono 2314 439171. De cara al verano, piensa incorporar la elaboración de prendas de licra, bolsos y mantas, entre otras cosas.

En cuanto a las telas, mencionó que prefiere comprarlas en Bolívar para tener en cuenta la relación precio-calidad y su preferencia es usar el plush por la suavidad y porque “no es tan complicada de coser”.

“Esto es un hobby, no lo tomo como un trabajo. A veces en la escuela tengo una hora, y voy a casa corriendo a cortar un buzo. Ya lo dejo cortado para cuando llegue y ponerme a coserlo porque lo disfruto y no es una obligación”.

Además, la profesora reconoce el momento en el que se sienta frente a la máquina de coser, como un espacio de catarsis. “Si bien ir a la escuela es lo que a mí me encanta hacer, con tantas cosas y con tantos cambios que hubo en la educación, termino saturada. Hay seis instancias en el año donde tenés a tus alumnos, los que pasaron de quinto a sexto, por ejemplo, más los recursantes, más los que intensifican. Les tenés que dar clase a los de tercero, los de cuarto, los de quinto y a los propios, por el mismo precio, en el mismo salón, el mismo momento”, enumeró.

A su vez, otra de las actividades a las que se dedica la docente es la escritura. En el último tiempo compartió sus textos en el perfil de Instagram @paginasquehablan27 acompañados de imágenes que representan sus poesías. También, sus cuentos ganaron un concurso y fueron editados en libros de escritores argentinos.

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