Pandemia: viéndonos con ojo sociológico

Pandemia: viéndonos con ojo sociológico

27/07/2021 - Gargiulo se dice “con mirada de hombre común” para describir actitudes, sistemas de dominación, percepciones económicas, manipulación mediática y emergencias solidarias. Reclama actitudes colectivas para mitigar el gran impacto del liberalismo: la individualidad.

Miguel Ánguel Gargiulo puede cumplir los roles sociales de trabajador, periodista, escritor, investigador, y en este caso, el de sociólogo. Convocado para analizar la sociedad en contexto pandémico, le gusta decir “con mirada de hombre común”, aunque se deja ir por los temas que lo apasionan desde siempre.

Después de quince meses de pandemia, donde nos habíamos prometido emerger distintos, sin embargo, la imagen que construimos del mundo, parece no ser así. “No he tenido una mirada muy reflexiva de la pandemia, aunque antes que sociólogo soy un ser cotidiano”, anteponiendo su existencia a la profesión.

Para marcar el escenario define una cuarta pared sobre la que tendremos que entender parte de su comprensión: desistió de la mayoría de las redes sociales, “no quiero transpolar a ese segmento ínfimo de la población que está en Facebook o Twitter al resto de los pobladores, asumiendo que piensan lo mismo que lo que se anda diciendo en las redes sociales. Si bien las redes han servido para comunicarnos, también lo han hecho para decir cualquier zoncera, sin ningún respaldo, inclusos pseudocientíficos, total ahí reina una absoluta impunidad”. Asimismo, “me cabe a mí también, eso de ser polemizante de las redes; pero a mi favor, lo hago sostenido desde los datos”, sostiene con humoradas intelectuales.

En pandemia, más que nunca, nos tocó recibir la concepción de realidad del mundo más mediatizada que nunca. “Yo también fui un iluso que creyó que íbamos a salir mejores, y como parte de esa lectura de los medios, que la pandemia nos iba a obligar, en términos colectivos, a reflexionar sobre el sujeto histórico que venimos siendo hace unos cuarenta años”. El hito temporal no es casual, es el mandato de Reagan (EEUU) y Teacher (Inglaterra) como impulsores de las transformaciones neoliberales que atravesaron el mundo en pos de la globalización. “Hoy nos llega, y lo hace desde distintos lugares, me parece que pensar en términos de foto o película, va a servir más para pensarnos como sujetos históricos que estamos viviendo hace muchas décadas; no escapamos al mundo que vivimos más allá de la orientación ideológica que llevemos, ni tampoco escapamos a esta conformación que se ha dado, que conocemos como revolución neoliberal que tiene términos psicológicos que nos convirtió en individuos, cuando somos inminentemente colectivos. La parte que no nos dicen, del otro lado de la luna, es que, si yo soy artífice de mi propio destino, también soy partícipe del fracaso en términos económicos, porque en el capitalismo ganan diez y perdemos cien millones, entonces somos responsables por no haber sido tan inteligentes como los diez que ganaron. Recuerdo al principio de la pandemia que al hacer cola en el supermercado había matrimonios donde ambos se ponían en la fila en distintos lugares para entrar por separado, esa cosa chiquita hace de las cosas que después son grandes y representan la misma manera de manejarse frente a la existencia”.

 

Históricamente nos movemos en discursos preconcebidos, que mayoritariamente aceptamos como válidos. En pandemia nos ha pasado algo similar, lo que siempre se veía, “se profundizó la injusticia, la separación entre lo que más tienen y los que menos, se hizo más grande; el que no tenía trabajo no encontró y el que tenía la plata en Suiza siguió ganando. Todos nos damos cuenta, son verdades baratas; pero estamos en una crisis de pobreza estructural a nivel mundial, hay países que todavía no tienen vacunas”.

Parte de la invitación social es tratar de comprender o aprender a leer a través del entretenimiento de los medios de comunicación para tratar de reforzar nuestras ideas ya preexistentes. El año pasado descubrimos la pobreza en los barrios populares -históricamente villas- que emergieron como doble amenaza, la cantidad de pobres y lugares en los que se multiplicaba el Covid, pero inmediatamente fueron naturalizados por otras instalaciones mediáticas en un país que tiene a la mitad de la población en línea de pobreza. Sin recetas para salir de la misma, sí podemos preguntar acerca de las formas de visibilizar los discursos que nos hacen ver. Gargiulo recuerda a Engels cuando establece que “la mano del hombre modifica el cerebro, no tengo una receta, pero sí sé lo que no debiera repetirse”.

Se posiciona políticamente, aclara que para evitar dobles lecturas. Refiere “al cierre de PyMEs en los dos últimos años de Macri y durante la pandemia, pero aún en pandemia comienzan a abrirse emprendimientos. Ojalá pase la pandemia y sea un camino. Hay una burguesía, como la paolista en Brasil, que tiene intereses que no son los de la clase trabajadora, por lo que se espera que tengan algún grado de racionalidad por el que entiendan que si no venden, tienen que cerrar. Digo burguesía paolista porque produce mucho para el mercado interno brasilero; nosotros no la tenemos, ni siquiera una industria nacional, solamente hay focos que asumen un rol bastante canallesco como es en la escalada de precios, impidiendo a través de la inflación, que las clases más populares puedan sobrevivir. Todo eso en pandemia, no sé cómo se le pone el cascabel al gato”.

Eduardo Grüner, sociólogo argentino dice que “con la pandemia la humanidad deja de ser el centro de sí misma, y advertimos que somos sujetos inermes ante la naturaleza”, observando una especie de catástrofe que nos atraviesa; de esa manera advertimos que un huracán tiene un impacto mucho mayor en el Caribe pobre y más vulnerable, que el que sucede en su llegada a Miami. Hoy sabemos que tenemos una situación de vulnerabilidad, que no habrá nunca una situación de pleno empleo, por lo que queda advertir un escenario para el desarrollo e inclusión. “No tengo respuestas, pero sí sé que la pandemia ha servido para ocultar pero también para mostrar, porque había otras pandemias; por ejemplo no vemos las enfermedades de transmisión sexual, y eso tiene que ver con el Estado, la información, el seguimiento, uno ve números muy complicados, con datos duros, y eso tiene que ver con una falta de información bien brindada. Sino caemos en echarle la culpa al receptor, pero también hay un emisor con una responsabilidad”. Y aprovecha para analizar a “los grandes medios de comunicación a nivel nacional que tienen una enorme responsabilidad en la profundización de la individualidad, la rabia de individuos que se hacen masas, colectivos rabiosos en las redes sociales, hasta me resulta enojoso entrar en el tema”.

 

Los medios de comunicación generan opinión, y la forma que han hecho es a través de las formas de entretenimiento como atracción de audiencias, la aparición de fake news y la generación de algoritmos en torno a nuestras búsquedas. La crítica debe partir “de la pregunta de quién se beneficia de lo que yo crea sobre lo que se dice. Si hablamos de entretenimiento, que viene de tener entre, la cuestión es ¿entre qué me quieren entretener? Si me entretienen, me tienen entre, ¿entre qué?, entre mentiras, en un mundo ficticio. Yo me miro el bolsillo, por tener tal ropa o reloj,  no estoy en Miami, es algo histórico ya, quizás del campo de la publicidad, pero podríamos cambiar nuestras miradas acerca de cómo consumimos los medios. Hemos observado cómo construyen los medios hegemónicos, que, si vamos a Gramsci, es entender cómo mis intereses se convierten en la idea portadora de las demás ideas, cómo se convence a los demás en que mi idea es la idea que les conviene. Convencer, con-vencer, el tema es que acá no vencemos a nadie, somos vencidos por esta catarata permanente de manipulación, noticias falsas o mal presentadas”. Entonces dirá, “debo cuestionarme yo, porque los medios van a seguir haciendo lo suyo”.

En ese campo surge el espacio de la desconfianza, a lo que aduce que “Marx, Nietzche y Freud son los padres de la sospecha”, un marco en el que se han movido los medios durante la pandemia. “No nos quieren dominar en la pandemia, ya estamos dominados, formamos parte de un sistema de dominación, donde somos la parte dominada”, establece desde la lógica de las hegemonías. “Habrá algunos que actúan como gerentes, donde la mayoría no nos damos cuenta que somos dominados, ahí es donde debemos colectivizar nuestra fuerza para defendernos frente a la pandemia”, concluye Gargiulo, invitando a “defenderemos en forma colectiva, ayudando al que está en desgracia y haciendo ver al que está mejor, que, si puede aportar algo, lo haga. No está en mí hacer justicia en cómo se han ganado su plata, necesitamos ayudar, aquí en mi barrio hay gente que no tiene plata y pone lo poco que tiene para ayudar a alguien”.

Finalizando queda una última reflexión para los/as trabajadores/as del sistema de salud, “que han hecho todo sin sueldos que no le permiten llegar a fin de mes. Acá los premios no tienen que ser solamente simbólicos, con aplausos, también tienen que ser económicos, porque al ir al supermercado, es lo que les sirve”.

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