Pasión por las dos ruedas

Pasión por las dos ruedas

27/06/2025 - Andrés Justel se inició en el mundo de las motos desde muy pequeño. Transitó por algunos talleres que le sirvieron para, más adelante, encarar su propio andar. También, se destaca como preparador de motos y cuatriciclos de competición.

Andrés Justel, comenzó desde muy joven con el oficio de mecánico de motos, trabajando con Julio Zabaljauregui: “tenía doce años cuando arranqué y estuve ocho o nueve años en su taller. Luego, pasé por Carburación Colombo, donde estuve un tiempo hasta que abrió RP Motos. En ese entonces, me llamó Ramiro Urruty y luego de ocho años de estar con él, me lancé por mi propia cuenta, Andrés Justel Mechanic”, resumió su historial de trabajos el joven mecánico.

La atracción por las motos, según deja entrever en su alocución Andrés, siempre la tuvo, aunque también su padre tuvo que ver con su inclinación. “Mi papá me motivó mucho por los vehículos que tuvo y siempre anduvimos desarmando autos, porque desde un comienzo me atrapó la mecánica”. También, recordó que cuando salía del colegio pasaba por “algún taller a preguntar si podía ir a mirar, cebar mate o barrer. Así fue como empecé a entrar a los talleres hasta que me inicié a trabajar en esto”. 

Si bien el padre de Andrés no se dedicaba a la mecánica, siempre estaba haciendo algo porque “se daba maña para eso. Sí, un tío tenía un taller y a mi todo eso me atrapaba mucho, creo que por eso me fui buscando un camino para llegar al día de hoy, trabajando de este oficio”.

Si bien se dedica a lo que es mecánica de motos, también se sentía atraído por los autos. De hecho, estuvo trabajando en el taller de Héctor Colombo, donde según señaló “aprendí muchísimo, no sólo de mecánico sino lo que es el orden, la limpieza, la responsabilidad. Con Julio también aprendí mucho y después va en uno como decide encarar el camino propio. Nunca me convencía una sola cosa y siempre busqué sumar más, no sólo para progresar, sino también, para darle algo más al cliente”.

Un párrafo aparte en su trabajo está dedicado a la competición: “el tema de las carreras y las competencias en otro mundo que a mí me abrió otro camino. Me intrigaba mucho todo eso y anhelaba estar ahí y, sin querer, fue algo que se dio cuando jamás imaginé, por ejemplo, poder estar compitiendo en un Dakar”, recordó.

Sobre la experiencia en el Dakar, indicó que “nunca se me pasó por la cabeza poder estar ahí o prepara un cuatriciclo de competición, era como otra dimensión; pero siempre me llamó la atención el motor de una moto grande, cómo trabajaba y todo eso me fue llevando a estar donde me gusta”.

La parte de competición es muy distinta y se trabaja de otra manera, “hace 23 años salimos campeones con Ramiro, con una moto cilindrada 600.Yo iba aprendiendo de otros colegas que conocía Ramiro, que, si bien es cierto que ese mundo te abre muchas puertas, al comienzo te hacen pagar el derecho de piso porque nadie te conoce, no te dicen nada, sino que tenes que hacer todo solo; pero cuando empezás a crecer, esa misma gente me ha llamado para trabajar con ellos”.

Consultado si le gustaría volver a la alta competencia como en un Dakar o Desafío Ruta 40, respondió que “sí, es como algo pendiente porque me habían llamado para ir a Miami a competir al Súper Bike de las Américas; pero no puede ir por el tema del COVID. Esas oportunidades no pasan siempre; pero me quedó en el tintero. Al Dakar también me gustaría volver, tengo ganas y tengo que aprovechar estos últimos años porque el cuerpo se cansa de semejante desafío”.

Más allá que la atracción de Andrés era por los autos y las motos, se inclinó por esto último porque “ya sabía como funcionaba un auto y quería saber cómo era un motor de dos tiempos. En ese momento, tenía una moto Galeri, en realidad era de mi mamá; pero como la usaba yo todos los días, a los 15 años me la regalaron. Sabía ir a lo de Julio a cebar mate y me empecé a interiorizarme cómo era el funcionamiento de un motor de moto. Ahí me quedé a trabajar, luego pasé RP Motos, también preparando la moto de carrera de Ramiro, siempre capacitándome y entrando en un mundo que para mí era fascinante”.

En la actualidad, Andrés se dedica, más que nada, a la atención de motos de alta gama, como Ducatti, BVW, que tiene una responsabilidad mayor porque “el dueño de ese rodado tiene en cuenta a quien se lo deja; pero me interesó saber sobre eso para tratar se superarme, con mis conocimientos y siempre tratando de aprender todos los días”.

Si bien el fuerte del taller son motos de alta gama, también se trabaja con motos de menor cilindrada, cuatriciclos y UTV.

Andrés también es un muy inquieto a la hora de capacitarse y buscar avanzar. “Tengo muchos colegas conocidos con quienes nos intercambiamos información, tratando de buscar encontrar soluciones. Soy muy obsesivo para que las cosas funcionen como deben ser y creo que eso me lleva a querer superarme día a día”.

En el último tiempo, Andrés hizo una inversión para mejorar el servicio que presta con la adquisición de un scanner para “detectar mejor los problemas, aunque al ser todo sistema de inyección, sobre todo las motos de marca; no hay muchos inconvenientes; pero esa herramienta me posibilita trabajar más tranquilo”, aseguró.

Trazando una comparativa, desde que se inició en el mundo de la mecánica de motos a lo que es hoy en día, opinó que “hubo un cambio grande porque antes, era todo con el sistema de carburador, muy distinto a lo que es hoy, que es todo inyección, es lógico el cambio. Por eso hay que saber, estudiar, yo hice los cursos de Yamaha para estar al día, ya que me atrapa mucho más el sistema de inyección que lo que era carburación”.

Sobre cuál es el secreto del negocio, Andrés consideró que se trata de “decir las cosas como son y no mentir. Si puedo hacer el trabajo lo hago y si no, decir no puedo, en ese sentido soy muy frontal”.

Contacto: Santos Plaza 217 | Instagram: justel_mechanic

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