Plásticos en el cuerpo humano: ¿una amenaza al ADN?

Plásticos en el cuerpo humano: ¿una amenaza al ADN?

20/09/2025 - La presencia de plásticos en el planeta comienza a afectar seriamente el futuro de la salud humana.

La contaminación por plásticos ya no se limita a mares y playas: también está presente dentro de nuestros cuerpos. Según un artículo de la BBC Mundo, investigaciones recientes revelan que las partículas microscópicas de plástico —conocidas como microplásticos y nanoplásticos— no solo circulan en la sangre, la placenta y órganos humanos, sino que incluso podrían alterar el ADN.

El hallazgo genera preocupación porque sugiere que la exposición constante a estos contaminantes puede dejar huellas biológicas más profundas de lo que se creía.

Evidencia científica en crecimiento

Un estudio de la Universidad de Hull (Reino Unido) ya había demostrado en 2020 que los microplásticos pueden inducir estrés oxidativo y daño al ADN en células humanas cultivadas en laboratorio. De manera similar, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que estos contaminantes actúan como “esponjas químicas”, transportando metales pesados y compuestos tóxicos que potencian su efecto nocivo.

En 2024, un equipo del Hospital Mount Sinai (EE. UU.) detectó nanoplásticos en arterias coronarias, asociados con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Aunque no prueban mutaciones hereditarias en humanos, los investigadores señalan que el contacto prolongado sí puede afectar la integridad genética de las células.

¿Qué significa para la salud?

Los científicos advierten que aún no hay consenso definitivo sobre cambios heredables en el ADN humano, pero sí sobre la toxicidad celular de los plásticos. Entre los problemas que podrían derivarse, se destacan:

  • Inflamación crónica, al activar el sistema inmune de forma permanente.
  • Estrés oxidativo, que daña proteínas, membranas celulares y ADN.
  • Mayor riesgo de cáncer, debido a mutaciones en la reparación genética.
  • Afectación del desarrollo fetal, ya que partículas fueron halladas en la placenta y la leche materna.

El gran desafío

El consenso entre expertos es que la exposición es inevitable: comemos, bebemos y respiramos microplásticos a diario. Sin embargo, reducir el consumo de plásticos de un solo uso y mejorar los sistemas de reciclaje puede disminuir la carga global de contaminación.

Mientras tanto, la ciencia avanza para determinar hasta qué punto estos contaminantes ya están dejando una huella genética en la humanidad. Como resume el profesor Dick Vethaak, pionero en el estudio de microplásticos: “Estamos apenas comenzando a entender las consecuencias de vivir en un mundo de plástico”.

lo preocupante no es que la humanidad vaya a transformarse de inmediato, sino que la exposición crónica a plásticos puede aumentar la carga de enfermedades asociadas al daño genético, con consecuencias en la calidad de vida y en la salud de futuras generaciones con enfermedades graves, genéticas, modificantes del sistema reproductur y transmisibles a nuestros desdencientes.

Desde que comenzó el uso masivo de plásticos en el mundo, en la década de 1950, no hemos dejado de producir basura que se va acumulando en el planeta.

Para el año 2050, si no paramos esta contaminación por plásticos, está calculado que tendremos en el océano más productos plásticos que peces.

En la actualidad existen cinco islas flotantes de plástico, dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico. La más grande es del tamaño de Francia y España unidas. Estos plásticos luego se degradan y salen de ahí los microplásticos y los nanoplásticos, que afectan gravemente a la salud humana.

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