¿Por qué una persona va al psicólogo?

¿Por qué una persona va al psicólogo?

19/04/2025 - La psicóloga Paulina Moreira expone, desde la mirada profesional, las preguntas básicas que suponen nuestra posición ante la terapia, el sufrimiento, los alcances científicos y sus corrientes.

Por Lic. Paulina Moreira

Porque sufre, de algo que no pudo sanarlo el médico, los amigos, los entretenimientos, los deportes… Uno recurre al psicólogo porque hay algo que lo hace sufrir y que no soporta más.

Es precisamente con eso que los psicólogos empezamos a trabajar, porque realmente hay un dolor que es más fuerte que el miedo o el esfuerzo del cambio.

Freud decía que la teoría debía adaptarse a la clínica, entonces es la escucha de ese sufrimiento que comenzará a darnos las coordenadas de su causa.

 

¿Todos los seres humanos sufrimos?

Los dos grandes teóricos del psicoanálisis respondieron que sí a esta pregunta.

Freud ante la pregunta similar que le hace Albert Einstein abrumado por la guerra, le responde que el ser humano paga un precio por estar en sociedad; precio de renunciar a sus pulsiones. Algo así como vivir en sociedad es respetar las leyes de la misma y no dejarme guiar por los deseos, que muchas veces implican violentar al otro. Esta renuncia acarrea un malestar y ese malestar termina de alguna manera más sutil afectando a otros o a sí mismo para no caer bajo compulsiones incontrolables que satisfacen deseos poco vivibles.

Lacan, quien relee a Freud, hablando de los neuróticos, la gente común, la mayoría, los neurotípicos dirían otras teorías, refería que el ser humano es como un hombre que va por la vida contento con una bolsa de monedas en la mano, es asaltado a punta de pistola por alguien que lo increpa: la plata o la vida…. por tanto, tiene que optar…. o perder la vida o perder la bolsa y quedarse con una pobre vida. Una gran manera de metaforizar que todo somos un poco pobres, con faltas y carencias.

 

¿Los psicólogos sufren menos?

Los psicólogos sabemos esto, pero no escapamos en nada al sufrimiento de ser humanos. Solemos psicoanalizarnos y estar más conscientes de que nos pasa eso que le pasa a todo el mundo.

Cuando uno se cruza con un profesional de la salud mental, debería saber que no es alguien que adivina de qué sufre usted, sino que es alguien que sabe que usted como todos, sufre por ser humano.

 

¿Cuáles son los sufrimientos más comunes en este momento? ¿Siguen siendo los que describió Freud o Lacan?

Ambos nos han dado un marco teórico capaz de entender y abordar el sufrimiento humano, pero sin duda, la realidad que se vivía en 1900 cuando empieza a teorizar Freud no es la de ahora y yo diría que tampoco es igual a la de mediados del siglo XX que es cuando escribe Lacan. El primero enseñó que la realidad de la clínica era soberana y el segundo instó a sus estudiantes a estar a la altura de la realidad.

Los saltos cuánticos que se han acontecido en el orden de la tecnología, la salud, la biotecnología, la información, la globalización y los paradigmas imperantes han generado también nuevos modos de sufrimientos. Expreso esto por lo que hemos observado en la clínica los psicólogos y porque filósofos como Byung Chul Han lo han expresado en sus teorías.

El modo de consumir y concebir la felicidad no es la misma, la manera de tener bebes no es la misma, las familias no son las de 1900: hay heteropaternidad, monoparentalidades, homoparentalidades, familias ensambladas….

Siguiendo a Foucault hemos podido nombrar gracias a la ciencia muchas enfermedades y hemos inventado curas químicas impensables.

La depresión, la compulsión, las adicciones, el cansancio, la autoexigencia y el estrés, las enfermedades inmunosupresoras, las problemáticas para comprender y aceptar las realidades son muy frecuentes en los consultorios. Con niños vemos que ha aumentado exponencialmente el autismo por ejemplo.

Lo que no ha cambiado es que detrás de estas o aquellas hay seres humanos sufrientes buscando remedio, consuelo o felicidad.

Es en este punto donde un psicólogo puede hacer una diferencia, porque estamos dispuestos a acompañar en la búsqueda del conocimiento de ese sufrimiento, para encontrar la lógica particular de cada sujeto que lo llevó a sufrir de exactamente eso que sufre; y de la misma forma singular y única acompañarlo en el trabajo de reducción de ese sufrimiento.

Todos sufrimos, pero no de la misma manera, cada quien tiene su forma particular, tan única como es el ser mismo; por eso la clínica psicoanalítica prescinde de recetas estandarizadas y apuesta a ser el laboratorio donde cada persona se conozca y pueda hacer algo menos doloroso de ese sufrimiento que porta.

Lacan decía: El psicoanalisis es un arte, agrego yo: como la cerámica o el telar, sabemos cómo se teje o como se manipula la arcilla, pero cada quien deja su impronta en la trama del telar o su huella en los bordes de la vasija.

 

¿Todos los psicólogos o analistas son iguales?

Compartimos la formación universitaria, pero cada quien tiene su impronta, su estilo.

Según Lacan entre analista y paciente se juega una verdad única. Cada paciente y cada analista establecen un vínculo y trabajan desde ese vínculo. Si uno cambia de paciente esa verdad se transforma y si uno cambia de analista lo mismo.

Yo por mi parte, entiendo que la clínica pensada como el analista silencioso, anotando y diciendo aja, es algo del orden del ritual. Creo que hay que tener claro que no se trata de no hablar, sino de saber qué decir, qué no decir y cuándo decirlo; y tener en claro que el analista dirige la cura y no al paciente.

Para mí es importante que la persona se sienta bien recibida y con confianza, pero cada quien tiene su estilo y cada paciente es particular.

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